martes, 14 de julio de 2015

Trabajo integrador número dos


TRABAJO INTEGRADOR NÚMERO DOS
COMUNICACIÓN Y CULTURA EN LA VIDA COTIDIANA



OBJETIVO: En el siguiente trabajo integrador se busca que puedan reflexionar  usando el material visto en clase sobre la comunicación y sus efectos, las diferentes lecturas que podemos hacer los usuarios de los discursos que circulan en los medios hegemónicos o contrahegemónicos y las problemáticas actuales por el respeto y las diferencias culturales entre los seres humanos que habitamos el planeta tierra.
   
CONSIGNAS DE LECTURA INTERPRETATIVA Y REFLEXIVA:
  1. A partir de la lectura de la nota de opinión publicada en el diario Página 12 sobre la visita del Papa a países de la región Latinoamericana, elija cinco conceptos de los textos trabajados en la unidad número dos (significaciones sociales o símbolos, relaciones de poder en la comunicación y en la cultura, resistencia y negociación en la audiencia, lectura dominante, lectura negociada, lectura oposicional, texto polisémico, hegemonía, contrahegemonia, disputa simbólica o cultural, etnocentrismo, transculturación, deculturación, identidades y pertenencias, industria cultural, consumo masivo) para establecer una reflexión, justificando la elección de cada uno de esos conceptos con la relación de la siguiente noticia (
    tanto lo que escribe el periodista como el mensaje de dejó el Papa en estos países que visitó), utilizando un párrafo como mínimo por concepto. (5/5)

NOTA DE OPINIÓN PUBLICADA EN PÁGINA 12

Trabajo, techo y tierra. ¡No se achiquen!

 Por Washington Uranga PARA PAGINA 12

   Francisco no deja de sorprender a propios y ajenos. El Papa se pronuncia frente a la injusticia en el mundo, toma posición y convoca a la lucha. En Brasil en 2013 construyó una frase (“Hagan lío”) hoy convertida en eslogan para muchos católicos y para quienes, sin serlo, comprenden el sentido del mensaje. Ahora, en su primera gira latinoamericana, Francisco pidió que “¡no se achiquen!” ante la magnitud de la tarea que tienen quienes luchan por el cambio de las estructuras injustas.    
A los representantes de movimientos sociales de todo el mundo les dijo que “ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho (...) en los grandes procesos de cambio, nacionales, regionales y mundiales”. Los alentó a organizarse porque “me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos”.   Los invitó a la “participación protagónica” y a “promover alternativas creativas”, en la búsqueda cotidiana de las “tres T... trabajo, techo y tierra”. Todo ante un auditorio muy diverso y sin mayoría católica. Fue casi una arenga en una gira que tuvo un fuerte tono político.
   Dada la densidad conceptual, política y doctrinaria de muchos de los discursos pronunciados por Francisco durante su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay resulta difícil hacer una síntesis que exprese realmente todo lo dicho. Quien escribe lo intentará, pero no sin dejar abierta la invitación a los lectores para que repasen en forma íntegra los textos papales. Vale la pena. Varios de ellos incluyen perspectivas que hasta no hace mucho tiempo eran impensadas en boca de la máxima autoridad de la Iglesia Católica mundial. Del mismo modo que apenas tres o cuatro años atrás tampoco habría sido posible imaginar estos mismos dichos en palabras del entonces cardenal Jorge Bergoglio. Pero estas especulaciones han perdido relevancia ante la contundencia de los hechos y los gestos papales y de lo que ello significa como aporte a la búsqueda de una sociedad más justa a nivel planetario. Una lúcida reflexión en un sentido análogo escribió Atilio Boron ayer en estas mismas páginas.

De “locatario”: con los pies en su tierra

   Lo dicho y hecho por el Papa en estos días no rompe con la línea de su magisterio anterior, pero la refuerza en lo conceptual y lo simbólico. Alguien podría decir con mucha razón que Jorge Bergoglio eligió su primera gira latinoamericana para profundizar el posicionamiento político-ideológico-cultural-evangélico con el que viene sorprendiendo a la sociedad casi desde el mismo día en que asumió como máxima autoridad de la Iglesia Católica el 13 de marzo de 2013.
   Ecuador, Bolivia y Paraguay se cuentan entre los países más pobres de la región. En ese contexto eligió hablar el Papa. También con el marco de la iglesia latinoamericana que le sirve de inspiración y que lo catapultó hacia el papado especialmente después de su participación muy protagónica en la Conferencia General de los Obispos Latinoamericanos en Aparecida (Brasil) en el 2007. Francisco suele definirse a sí mismo como “el Papa que vino desde el Sur”.
   Actuando de “locatario” Bergoglio se sintió en mejores condiciones de decir y afirmar lo que ya había sostenido, en un tono más doctrinal, en sus dos encíclicas Evangelii gaudium de 2013 y Laudato si de 2015. Aunque los conceptos son similares son pocos los que acceden a los documentos pontificios. Otra cosa es decir lo mismo y en lenguaje menos complejo ante centenares de miles de personas y en medio de un baño de fervor popular.  También porque se hace más difícil ocultar tales definiciones por parte de quienes, desde la política o desde los medios, dicen venerar al Papa pero hacen lo imposible cada día más por desconocer sus denuncias ante las injusticias crecientes de la sociedad que “excluye” y “descarta”.
   Fenómeno de silenciamiento que ocurre tanto afuera como adentro de la Iglesia. Muchos de los dirigentes políticos y sociales que se “entusiasmaron” hace poco más de dos años con el nombramiento de Bergoglio como Papa hoy admiten estar “desconcertados” cuando no “decepcionados”. Esperaban un Bergoglio “opositor” que desde Roma “pondría en caja” a Cristina Fernández y al gobierno criticando sus decisiones políticas y económicas. Como no sucedió escogieron hablar de la “utilización del Papa” por parte del gobierno. Algo similar ocurrió en Ecuador y Bolivia. La oposición esperaba diatribas de Bergoglio hacia Correa y Francisco le agradeció al presidente ecuatoriano “su consonancia con mi pensamiento”. Y le devolvió la gentileza “con mis mejores deseos para que pueda lograr lo que quiere para el bien de su pueblo”. Ante Evo, que no tiene una buena relación con la Iglesia Católica local, Bergoglio reconoció que “Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del país” y “cuenta con una Constitución que reconoce los derechos de los individuos, de las minorías, del medio ambiente, y con unas instituciones sensibles a estas realidades”.
   Y más allá de los países visitados, amplió su referencia para señalar que en estos últimos años, “los gobiernos de la región aunaron esfuerzos para hacer respetar su soberanía, la de cada país, la del conjunto regional, que tan bellamente, como nuestros padres de antaño, llaman la Patria Grande”. Las palabras son elocuentes... aun para quienes están empecinados en no entender.
Pero como entre últimos, por distraídos o por molestos, también están parte de los católicos y de los propios obispos, el Papa dijo en otro momento que “la Iglesia no puede ni debe estar ajena a este proceso (de cambio) en el anuncio del Evangelio”.

Cambio de estructuras
   En el discurso de mayor contenido político, escrito de puño y letra y leído para evitar cualquier imprecisión, Bergoglio comenzó diciendo ante los movimientos sociales en Santa Cruz que “empecemos reconociendo que necesitamos un cambio”. Y para evitar la manipulación del término se apresuró que señalar: “quiero aclarar, para que no haya malos entendidos, que hablo de los problemas comunes de todos los latinoamericanos y, en general, también de toda la humanidad. Problemas que tienen una matriz global y que hoy ningún Estado puede resolver por sí mismo”.
   Y siguió esgrimiendo argumentos que bien podrían estar en la plataforma de muchos partidos de izquierda de la región. “Insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos...  Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana madre tierra, como decía san Francisco”. Ese cambio, dijo Bergoglio, tiene que atender a nuestra realidad más cercana (“el pago chico”) pero tiene que ser un cambio que también “toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere respuestas globales a los problemas locales”. Y agregó que “cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común, la hermana y madre tierra”. Hablando en la catedral de La Paz ya había sentenciado que “si la política se deja dominar por la especulación financiera o la economía se rige únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los grandes problemas que afectan a la humanidad”.
   No solo fueron pronunciamientos teóricos. Bergoglio también fijó rumbos. “La primera tarea es poner la economía al servicio de los pueblos. Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la madre tierra.”
   Y siguió. “La segunda tarea es unir nuestros pueblos en el camino de la paz y la justicia. Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. (...) Ningún poder fáctico o constituido tiene derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas formas de colonialismo que afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia.” Por eso exhortó: “Digamos NO, entonces, a las viejas y nuevas formas de colonialismo. Digamos SI al encuentro entre pueblos y culturas. Felices los que trabajan por la paz”.
Y para cerrar, la “tercera tarea, tal vez la más importante que debemos asumir hoy, es defender la madre tierra. La casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente”.
   Por eso “es imprescindible que, junto a la reivindicación de sus legítimos derechos, los pueblos y organizaciones sociales construyan una alternativa humana a la globalización excluyente” porque “no hacerlo es un pecado grave”.
   En medio de todos estos pronunciamientos hubo espacio para criticar “la concentración monopólica de los medios de comunicación social”, para decir que “el destino universal de los bienes no es un adorno discursivo de la doctrina social de la Iglesia” porque “es una realidad anterior a la propiedad privada”, para reconocer que “se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios” y pedir “humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”, para recordar en Bolivia al jesuita Luis Espinal asesinado en 1980 por la dictadura de García Meza y para reconocer, en Paraguay, a las Madres de Plaza de Mayo. Tampoco desaprovechó la oportunidad para afirmar que “la Iglesia, sus hijos e hijas, son una parte de la identidad de los pueblos en Latinoamérica. Identidad que, tanto aquí como en otros países, algunos poderes se empeñan en borrar, tal vez porque nuestra fe es revolucionaria, porque nuestra fe de- safía la tiranía del ídolo dinero”.

  1. Adjuntar dos noticias publicadas en algún medio de comunicación escrito (deberán buscarlas y copiarlas de Internet) que tengan alguna relación con los conceptos de transculturación, etnocentrismo, choque de culturas/disputa simbólica, deculturación o aculturación. Justificar con dos párrafos cómo mínimo el porque de la elección de las siguientes noticias relacionándolas con algunos de los conceptos mencionados. (5/5)

PAUTAS PARA LA ENTREGA DEL SIGUIENTE TRABAJO:

    Estas consignas deberán realizarse en un documento compartido de Google como el Drive. Uno de los integrantes del grupo deberá tener cuenta de Gmail para poder acceder al documento de Drive (se accede en la parte de arriba y a la derecha del correo, en el mismo hay un ícono con varios cuadrados todos juntos, cliquean ahí y luego buscan la aplicación Drive).

    Una vez terminado el mismo deberán compartirlo a la dirección de correo del profesor: pensardeportivomiotti@gmail.com, dentro del documento trabajado arriba a la derecha también hay una opción que dice Compartir: ahí deben agregar la dirección de e-mail del profesor y me llega automáticamente el trabajo.
Plazo final: martes 4 de agosto.


    El trabajo debe llevar carátula con el nombre del trabajo: TRABAJO INTEGRADOR NÚMERO DOS COMUNICACIÓN Y CULTURA EN LA VIDA COTIDIANA
El nombre y apellido de los integrantes del grupo, el nombre de la escuela, el curso, profesor y año.

   El formato que se pide es con: Letra times new roman 12, interlineado 1,5 y sangría al empezar los párrafos.

TUTORIAL PARA USAR GOOGLE DRIVE





martes, 7 de julio de 2015

Clase 18 (8 de julio)

INDUSTRIA CULTURAL: PRODUCCIÓN Y CONSUMO

Jesús Martín Barbero es un antropólogo y filósofo que lleva años estudiando y reflexionando sobre la cultura y la comunicación desde una perspectiva latinoamericana, integrando la realidad del mercado y cómo se consumen los "bienes culturales". Es interesante que haya autores -otro es Néstor García Canclini- que mantengan la mirada sobre cómo funcionan estas cosas en una situación de mercado, ya que es una realidad que en ocasiones se pierde de vista y la forma de tratar los bienes culturales se vuelve un poco folklórica. 

 En sus reflexiones sobre cómo se produce, circula, se convierte en "bienes" y se consumen los bienes simbólicos, Martín Barbero -en su libro Oficio de Cartógrafo-, plantea que se trata de pensar la hegemonía comunicacional del mercado en la sociedad. Y habla de temas muy contemporáneos: se refiere a pensar la comunicación como "el más eficaz motor del desenganche e inserción de las culturas -étnicas, nacionales o locales- en el espacio/tiempo del mercado y las tecnologías globales". Y es que el lugar de la cultura en la sociedad cambia con la mediación tecnológica. Ya no se trata de instrumentos que pueden usarse para comunicarse: hoy la tecnología se refiere a nuevos modos de percepción y de lenguaje, que generan nuevas sensibilidades, nuevas escrituras... Es decir que la división entre "canal" y "contenido" ya no está ta vigente: volvemos a Mc Luhan: el medio es el mensaje... y el mensaje es el medio, en un espiral donde todo se modifica rápidamente.

Martín-Barbero retoma algunos conceptos que trabajó a lo largo de los años, como el de DESCANCLAJE, que se refiere al "problema" y quiebre que plantea la modernidad con respecto a una identidad, una pertenencia a un lugar, como categorías absolutas, cerradas y sin fisuras. La tecnología lleva esto a su máxima expresión, porque DESLOCALIZA los saberes, es decir que modifica y flexibiliza los espacios rígidos tradicionales de los lugares de saber (un especialista, la universidad, lo académico, etc.) y produce un borrado de fronteras entre "razón e imaginación, saber e información, naturaleza y artificio, arte y ciencia, saber experto y experiencia profana". Entonces el análisis de estos fenómenos se complica y se densifica (en el sentido de la descripción densa, y podríamos decir, análisis denso).

El cambio fundamental

¿Qué es lo que pasa con la comunicación y los bienes simbólico-culturales en tiempos de "la revolución tecnológica"? Que aparece un nuevo modo de relación entre los procesos simbólicos -que forman la trama de lo cultural- y las maneras en las que los bienes y servicios son distribuidos. En palabras del autor, "El nuevo modo de producir, inextricablemente asociado a un nuevo modo de comunicar, convierte al conocimiento en una fuerza productiva directa". Y justamente, ese conocimiento, el trabajo intelectual que nos distingue como raza -es decir, nuestra capacidad de producir símbolos, tal como comentamos antes- se convierte en fuerza productiva. Y esto cambia profundamente las relaciones entre cultura y comunicación, al menos como las conocíamos hasta ahora. Algunas categorías anterior pueden servir como punto de partida para empezar a comprender qué sucede, pero estamos en la prehistoria de toda esta revolución y aún tendrá que pasar un tiempo antes de entender sus consecuencias (positivas y negativas, claro).

Martín Barbero plantea algunas reflexiones globales que pueden ayudar a enmarcar la cuestión: en la llamada sociedad de la información la materia prima más cara es el conocimiento, y además todo tipo de desarrollo -económico, social y político- está ligado a la innovación (que entiende como "el nuevo nombre de la creatividad y la creación humanas").